Por Coco Bernal
Periodismo para construir ciudadanía
Entrevista a chavo banda
Hola que tal les saluda coco Bernal en este
ejercicio de hacer periodismo para construir ciudadanía.
El tema del narcotráfico es un tema que puede
analizarse desde diferentes aristas, una de ellas es las adicciones, ¿cómo se
inicia un joven en el mundo de las drogas?, ¿Qué hay allá adentro?; vamos a
escuchar el testimonio de un joven que nos cuenta cómo las drogas lo llevan a
pertenecer a una pandilla, cómo inicia drogándose con agua de celaste y llega a
la cocaína, llamados en su lenguaje como “guare y soda”, por eso he llamado
este reportaje “Del guare a la soda”, por motivos de seguridad he omitido el
nombre de a quien entrevisto, sirva su testimonio para ver más allá de lo que
nuestros ojos perciben ante un problema que hoy afecta gravemente a nuestro
país, a nuestros jóvenes, a esos rostros anónimos que están atrapados en la
marginación social y que urge trabajar por rescatarlos.
Aquí la entrevista integra, con el lenguaje real
de éste chavo banda, pido comprendan algunas expresiones de su lenguaje soez,
es así como he querido que escuchemos la entrevista, sin ediciones, respetando
la libertad de expresión de a quien entrevisto.
-¿Quién te dio a probar por primera vez las drogas?
-O sea que nadie me dio a probar, yo solo, yo solo agarré las
drogas.
-¿Qué
tipo de drogas fue la primera que probaste?
-El agua
de celaste.
-¿Ese es
el guara?
-El
guare, es lo que le llamamos el guare, química.
-¿En
primero de primaria pero tenías…?
-Tenía 7
años, haga de cuenta que ahí donde yo vivía era una colonia donde había muchos
drogadictos, así y pues les gustaba mucho el agua y pues yo estaba chavillo,
pero a mi ya me empezaba a gustar, o sea, ya me llamaba la atención pues ¿edá?
Y decía ¿Qué se sentirá? Pues yo a todos los miro así con la mano en la boca,
los miro que andan acá, muy alegres, no sé ¿edá? Y pues haga de cuenta que una
vez dejaron ahí una botella de agua de celaste en mi casa y pues yo la agarré y
la empecé a oler y de ahí me empezó a gustar, y pues todos estaban bien locos y
ahí se juntaban en la esquina de mi casa, y de ahí me empezó a gustar ese
ambiente, me empecé hacer bien desmadroso, o sea cada 8 días en la escuela me
suspendían porque era un pinche desmadre así, nomás quería andar en la calle
pues, y haga de cuenta que ya después quise ver qué se sentía tomada y me la
tomé.
-¿Se la
toman también?
-No, que
chingados, ya me andaba muriendo, (risas) ya cuando me acordé yo ya estaba en
el hospital con unas mangueras por las narices y ya me andaba muriendo porque…
-¿Cuántos
años tenías?
-Yo
tenía como unos, no pues todavía tenía como 7 años, todavía estaba chavillo,
así pero ya después de ahí como que me asusté y no ya no la toque, ya después
como a los 9 años o 10 empecé otra vez y ya le ponía más, ya fue más, ya nada
más llegaba de la escuela y ya no quería estudiar ya lo que quería era llegar
de la escuela y ponerme bien chido ¿edá?, ya nada más llegaba de la escuela,
dejaba mi mochila y me iba a un cerro que estaba a dos cuadras de mi casa, no
pues ahí me ponía bien perdido todo el día, mi mamá trabajaba y como yo sabía
que no se fijaba, yo decía: “na, pues no se fijan”, al cabo qué ¿edá?…
-¿No se
daba cuenta tu mamá?
-No se
daba cuenta, yo seguía, ya después como a los 12 años yo ya estaba bien flaco,
y pues sí ya hasta hablaba solo y así ¿edá? ya estaba medio destrampado, y pues
mi jefa, me robé una pistola de mi tía, una 38, porque yo quería matar a un
cabrón que me rayó los libros de la escuela, ya cuando tenía unos doce años, me
empezó a gustar la mota, o sea, casi recién que me empecé a juntar ahí, pues
ajá, me empezó a gustar la mota ¿edá?, y la empecé a probar, y ya de ahí,
primero eran unas pinches chorillas y luego luego me ponía bien menso pero ya
después tenía pinches bolsotas de agarradera, llenas de pura marihuana, y unas
pelototas de cocaína y pues ya me ponía bien chidote, y yo me juntaba, o sea…
-¿Qué se
siente estar en las drogas o sea?
-¿Qué se
siente estar drogado?
-El
estar chido, sí…
-O sea
con la marihuana yo me sentía bien relajado y ya, o sea no pensaba en nada de
problemas, nada de eso, o sea, por decir, tengo un sueño, tengo ganas de, por
decir mi sueño es tener un carro walrider o hacer mi casa pa mi familia, me
ponía bien grifo y nomás en eso pensaba, me imaginaba cómo le iba a hacer para
hacerme de esas cosas pues, y…así con la cocaína, yo con la cocaína me ponía
así bien nervioso, así; “ay, me va a ver éste, me va a ver tal” y me ponía bien
nervioso y pues este alucine a mi no me gustó, y dije, no esta madre es muy
cara, yo a esta madre la hago pa un lado, yo me voy a quedar con la pura
marihuana, y me empezó a gustar la marihuana y, y ya después, la agarraba como
un cigarro, cada media hora ya estaba fume y fume, me acababa de chingar un
cigarro cuando ya estaba haciendo el otro; primero no sabía hacerlos, todos
rompidos ¿edá?, todos parchados parecían momias, pero ya después me enseñé, no
pues ya cada ratito fumaba y fumaba…
-Pero
bueno, la marihuana si tiene un olor muy particular ¿no se daban cuenta en tu
casa?
-No la
marihuana es muy escandalosa, la marihuana estás aquí y se extiende casi 5, 6
metros hasta más el olor, y con eso luego luego se dan cuenta pero con esa
nunca yo me puse en mi casa, marihuano no, así con mota no, siempre me iba ahí
a la otra calle de mi casa ya es un bulevar y pues ahí me ponía en el bulevar y
decía, no pues pasan los carros y se lleva el viento, como había mucho aire, se
lo lleva de volada el viento el olor ¿edá? y aquí ni la policía me agarra.
-Me
decías que no te gustaban los deportes pero querías las campales, ¿cómo te
empezó a gustar el pelearte con otras bandas?
-Porque
o sea, desde chavillo desde que entré a la primaria, o sea a dos cuadras donde
estaba la primaria había una banda ¿edá?, y ya de ahí me empezó a gustar pelear
y pelear, y ya diario me cargaba mi
navaja, ya desde chiquillo yo me traía mi navaja ¿edá?, una de doble filo
siempre la cargaba en la mochila…
-¿Tumbaste
a alguien?
-¿Cómo
tumbe a alguien?, sí pues tumbé a un chingo de personas, tumbaba un chingo de
personas, o sea, llegué a robar a, muchísimas personas pues ¿edá? que pasaban
por el bulevar les quitaba sus bicicletas, sus cachuchas la ropa, dinero, las
alhajas, todo lo que trajeran, o sea que me valía madre quién fuera, aunque
fueran conocidos, yo agarraba parejo.
-¿Pero
nada más sacabas el arma o llegaste a herir a alguien?
-Nooo,
sí, si llegué, a mis once años piqué a un señor porque descontó a uno de mis
compas, le puse dos fierrazos aquí por debajo de las costillas, abajito de las
costillas…
-¿Un
fierrazo qué es, una navaja?
-Una
navaja, un navajazo, o sea con una navaja se lo enterré dos veces, y pues el
señor ahí se quedó tirado, yo me saqué de onda ¿edá?, porque estaba chavo y yo
decía “chale, va a llegar la policía y me van a llevar al CERESO y me imaginaba
muchas cosas, y yo deje de salir de mi casa como unos dos meses, a nadie le
comenté de eso, en ese instante ¿edá?, ya hasta después, ya hasta después que
pasaron un año y medio yo creo…
-¿Qué
pasó con ese señor?
-No en
realidad ya no supe que pasó con ese señor, yo la neta ni quise saber nada de
ese señor, la neta porque, yo me asusté ¿edá?
-¿Te
imaginaste algún día que pudo haberse muerto ese señor?
-Pues
tal vez si, no yo dije “no pues yo creo que si se lo llevó la chingada ¿edá?
Porque sí le enterré un buen pedazo, pues si estuvo largo los fierrazos ¿edá?
Pero pues yo andaba bien perdido, o sea, andaba bien drogado, y pues a mi se me
hizo un polvo, le puse unos fierrazos, y pues llegué a balacear a unos morros
también…
-¿A los
cuantos años?
-¿A los
cuantos años?, a los 16 años.
-¿Cómo
llega la cocaína a tus manos? porque como lo habías dicho la cocaína es una
droga cara.
-Si,
pues haga de cuenta que, pues había un vato ¿eda? Que ahorita ya está en los
Ángeles, ese wey pues yo le hacía el paro en vender, yo ya distribuía la droga
yo ya…
-¿Cuántos
años tenías?
-Yo
tenía 12 años cuando yo ya empezaba a aventar mota y soda, yo ya me iba a
varias colonias y “qué wey, ¿Quién compra mota o quién compra soda? Así ¿edá?
-¿Soda
es la…?
-Es la
cocaína, y ya pues empecé a conocer a un chingo de banda y pues ya donde quiera
me conocían, por desmadroso y porque vendía las drogas ¿eda?, y pues ya, como
yo tenía dinero y tenía las drogas, las empecé a probar, la cocaína la empecé a
probar como a los 14 años, por ahí…
-¿Cuánto
ganabas por vender la droga?
-Pues me
daban, me chamaqueaban ¿eda?, me daban unos mil, mil quinientos, era poco para
mi porque yo decía, es que este es un pedo fuerte, el día que me lleguen
agarrar me van a meter una putiza porque por eso meten una putiza, yo ya sé a
lo que me atengo, yo ya sabía a lo que me atenía ¿eda?, yo sabía que el día que
me llegaran a agarrar, el bato que me estaba haciendo, o sea al que le estaba
haciendo el paro, ese wey no, ni va a ver la cara por mi, ni tampoco yo iba a
decir que él me la daba…
-Pero,
tenías 11, 12 años y tenías 1,500 pesos en tus manos.
-Si, yo
tenía mucho dinero nomás que yo a nadie le decía que tenía dinero, porque si no
me iban a decir “¿de dónde lo saca?”
-¿Y qué
hacías con ese dinero?
-Yo me
iba así a chispas así a gastarlo en lo puro menso ¿edá? Lo gastaba también en
droga, y me iba así a jugar las maquinitas o no falta, o sea me lo gastaba en
puras tonterías, me gustaba arreglar mis bicicletas, me gustaba arreglarlas
bien chido o sea…
-¿No te
comprabas ropa?
-No,
nunca me compré ropa ni zapatos, nada. Porque yo decía “Si me compro ropa o
zapatos mi jefa se va a dar cuenta”; mi jefa me va a decir “¿De dónde estás
sacando dinero?”. Un vato, ese mismo bato que me daba la droga para vender
tenía una pistola ¿edá? Una 22, y me dijo “A ver a quién le vendes esa pistola
wey” ¿eda?, “Pues ofrécela, no se las enseñes nomás ofrécela y si te dice
alguien que si se interesa pues yo te la doy para que se la vendas o yo voy a vendérsela”
y yo dije, no pues está chido pero, o sea que pensé yo dije “No pues mejor le
digo que ahí está la feria y con lo que él me dé, yo se la pago y que me la dé
a mi”, dice, “Paro wey de una vez” y me la dio así, me dio como unas 5 cajas de
50 balas, o sea que eran como unas 250 balas, y pues ya agarré la pistola y ya
me fui con la pistola y en ese mismo instante que me la vendió me topé con unos
morros con los que tenía bronca, y de volada les saqué la pistola, les iba a
dar en la madre y nomás que pues no estaba cargada, los morros casi hasta
lloraban así, que no les hiciera nada.
-¿Cuántos
años eran los que tenías?
-Los que
tenía, ya tenía 15 años iba para los 16, y ya esos morros se sacaron de onda,
los deje ser ¿eda? Porque no tenía balas ¿edá? Y yo dije ájales con ganas de
que tuviera balas para quebrar a uno de esos putos porque diario iban a mi casa
y quebraban los vidrios. Ya después que me hice de la pistola así, ya casi
diario iba y los balaceaba, diario, diario, ya cada que venían, ya nomás los
miraba y decía “ahí vienen esos weyes, vamos a, deja voy por la pistola a ver
si mato ahora sí a un hijo de su pinche madre”; o sea si uno se la quiere sacar
porque si uno va y los denuncia o pone una demanda, uno nomás se queda con el
coraje porque hay veces que la ley no hace nada, o sea lo que yo vi ¿edá? Que
nunca hacían nada porque a uno de mis amigos les quebraron el cráneo, yo por
eso hice de comprar esa pistola, y de matar a esos que le quebraron el cráneo,
acabábamos de llegar de un paseo, fuimos a, esa vez fuimos a Guanajuato y
Cristo Rey, ese wey estaba bien pasao de droga y nos cayeron, nos cayeron,
arriba de 100 monos, nosotros éramos como unos 9, pues ellos llenaban toda la
calle, está larga la calle y pues ellos la llenaban toda, nosotros les quisimos
atorar ¿edá? No nos hacíamos pa´tras, ellos eran un chingo, pero no, no pudimos
con ellos, nos sacaron bien juídos, pero como ese wey estaba bien pasao de
droga, para mi era el chido de la banda era, el que traía el mando porque ese
wey no se hacía pa´tras, y decía no como que no se va a quedar esto así, como
que se requiere matar uno de esos weyes, porque la neta, yo no estoy agusto
así, es que esos eran mis deseos: “matar
un wey”
No hay comentarios:
Publicar un comentario