Iniciamos marzo, el mes del día internacional de la mujer, un mes para hablar de nosotras, para darle voz a quienes no la tienen y cantar para nosotras, para decir en voz alta lo que no está bien, lo que aún falta para no seguir siendo consideradas cosas ni ciudadanas de segunda clase, para no ser usadas como un número que da votos"como ganado de acarreo", para hablar sobre nuestros derechos y aplaudir los espacios ganados, un mes para involucrar a los hombres en nuestra lucha para lograr la equidad entre los géneros porque nos falta mucho, porque hay mujeres que viven en el silencio, oprimidas, violentadas, explotadas, viviendo la feminicización de la pobreza, perpetuando roles de sumisión como propiedad de alguien que nos compra cuando nos casamos, viéndonos como enemigas "mujeres juntas ni difuntas", como títeres y figurines que nos dictan la estética con silicones tallas 36, con "cabellos largos porque nuestras ideas son cortas", "cargadas siempre y en el rincón", listas para ofrecer placer, para servir, para obedecer porque "calladita te ves más bonita". Marzo es un mes para sentirnos orgullosas de ser mujeres, de que otras nos abrieron espacios y que nosotras ahora debemos construir nuevos para las que vienen, para que podamos realmente decir un día, somos diferentes pero valemos igual.
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