lunes, 7 de enero de 2013

Mi abuela


"Cuando la guerra de los cristeros todo estaba revuelto, así que teníamos que esconder las monedas de oro de la familia en unos jarros de barro y enterrarlos debajo de un mezquite para que cuando llegaran los soldados no se las robaran". Así me platicaba mi abuela sobre lo que vivió durante la cristiada, pero más allá de las historias de mi abuela, mis primeros recuerdo sobre ella fueron en su rancho, cuando me dejaban largas temporadas para vivir la generosidad del campo, fue la mejor época de mi vida, disfrutaba mucho correr en esos campos grandes de alfalfa y atrapar mariposas que terminarían en un libro o como diseño de un pañuelo, mi abuela me enseñó hacerlo, con un lienzo blanco encima colocaba la mariposa y después una de esas grandes planchas de fierro para hacer peso y listo, el resultado era un bonito pañuelo con un decorado auténtico.

Mi abuela enviudó joven, así que tuvo que hacerse cargo del rancho que había construido mi abuelo y de sus hijos, la vida le enseñó a ser fuerte ante las adversidades, a sacar la casta, algo que sin duda heredé de ella, así como el amor hacía los animales, el rancho tenía un establo grande donde había que levantarse de madrugada y ordeñar las vacas, dar pastura a los animales y trillar la alfalfa.

Con sólo escribir éstas lineas vuelven a mi los aromas de la alfalfa recién cortada, del olor a tortillas recién hechas y el olor a campo fresco, que feliz fui en esos años de mi vida; mis amigas eran una gallinas que había en el gallinero, aunque al gallo nunca le simpaticé pues me picoteaba todo el tiempo, tenía entonces 4 años, iba a cumplir 5, lo recuerdo claramente porque en ese entonces llegó al rancho un pony, mi abuela me subió en él y me dijo que tenía mi edad, así que nunca lo olvidé.

Hoy de pronto sentí que mi abuela estaba aquí justo en el momento que hablaba con mis perritas, pues mi abuela amaba a los perros, y tal vez sí que está, cuando hablamos de los que se nos adelantaron es porque se hacen presentes, hablar sobre mi abuela es digno de escribir una gran historia sobre la genealogía de las mujeres, de una de las mujeres emblemáticas de mi familia.  

Gracias abuela por esos años maravillosos de mi infancia en el campo, fui muy feliz en esa etapa de mi vida.  ¿Recuerdas como me gustaba platicar contigo y que me contarás siempre de tu vida? gracias por venir hoy a visitarme con los recuerdos. 

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